

¿Alguna vez te has preguntado qué es la comunicación disruptiva? En pocas palabras, es una de las mejores herramientas para diferenciarte. Es crucial en un mundo donde la competencia cada vez es mayor y, a su vez, se eleva más la calidad que se entrega en productos o servicios. No sólo por el hecho de destacar, sino por atraer a los potenciales clientes que más se asemejan a ti en valores.
Reflexiona. ¿Te has dado cuenta de que la práctica totalidad de los anuncios que recibes en tu móvil hablan de forma lógica? Que si apúntate a la clase gratuita, que si te ayudo a liberar tiempo, que si te ayudo a vender más… Una comunicación plana y predecible.
Usando metáforas, concretamente una metáfora que esté alineada contigo, con esa esencia personal y profesional, de modo que te represente por quién eres. Y sí, para eso es necesario que te conozcas bien. Hay herramientas para explorar tu forma de ser, tu forma de comunicar y, entre otras cosas, cómo traducir tu historia a esa metáfora que transmita tu identidad a través de una comunicación disruptiva.
Porque, recuerda esto: no se trata de comunicar. No. La clave que genera conexión es la transmisión subliminal de valores y emociones que representan quién eres. Y eso no se puede hacer comunicando de forma lógica, por mucho que hables de beneficios de lo que ofreces. Una cosa son los beneficios, que siendo necesarios, lo que genera conexión con la persona a la que te diriges es lo que transmites.
Te lo explicaré con una. Imagínate el típico haz de luz dirigido a un prisma piramidal de cristal. Entra un rayo de luz banca por un lado y, por el otro… ¿Qué ocurre? Que la luz se descompone en la gama de los denominados colores del arcoíris.
Una metáfora tiene el poder de transportarte a un lugar completamente distinto, a través de tu imaginación, respecto al que te lleva la comunicación lógica.
Si usamos un ejemplo de la psicología, no es lo mismo decir:
A decir:
¿Ves la diferencia?
Donde en el primer ejemplo más lógico tu mente quizá visualice el típico día a día en la ciudad, en el segundo caso transportamos a la persona de forma muy sutil al campo, donde incluso su imaginación le puede traer de la memoria el sonido del agua y le hacemos verse y sentirse ahí.
Este es el poder de las metáforas: transmitir un sentir.
Si eres capaz de encontrar la tuya, la que representa quién eres, esa que se alinea con tu historia de vida, vas a atraer clientes que tengan mucho de ti y que tú tengas mucho de ellos porque se identifican con lo que les haces sentir a través de tu metáfora.
¡Así que dale al coco!
Y si tienes cualquier duda al respecto y quieres que te ayudemos a trabajar tu comunicación disruptiva… ¡Contacta! Estaremos encantados de escucharte con detenimiento y ayudarte.
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