
¿Conoces ese «me da buen rollo, pero no sé por qué»? Pues de ese “buen rollo” queremos hablarte, del que los expertos en marketing quieren ligar a sus marcas o productos. Gracias a la vinculación a estímulos positivos sentiremos atracción hacia objetos o lugares que en otras ocasiones nos han proporcionado placer, incluso una vez olvidadas las experiencias vinculantes. Sobre ello queremos hablarte hoy. ¿Sabes qué es una lovemark?
Vincular un objeto a una emoción positiva garantiza que la próxima vez que el usuario lo vea, tenga ganas de acercarse y probar. El cerebro consciente puede ayudarnos a frenar el impulso, pero éste existirá hasta que no logre vincularse con una experiencia negativa que ayude a “desaprender” lo anterior (es decir, no vale sólo con vincular el objeto a algo positivo una vez; hay que “reforzar” la experiencia para que se mantenga en el tiempo).
Cuando tomamos una decisión de compra, actuamos igual que cuando nuestros antepasados huían de un tigre con dientes de sable o una serpiente en mitad de la selva. Es entonces el encéfalo primitivo quien primero toma la decisión, y se basa en primeras impresiones y vínculos emocionales previos (si nos hemos pinchado alguna vez con una zarza, nuestro cerebro recordará el dolor sufrido y se activará una emoción negativa hacia las zarzas en general, incluso si olvidamos de forma consciente la experiencia del pinchazo original).
Pues todo esto en el mundo del marketing requiere su tamizado y “nombre artístico”, de modo que en 2004 Kebin Roberts, que en aquel entonces dirigía Saatchi&Saatchi, lo bautizó como Lovemark (amor a la marca).
Las técnicas de marketing analizan los estudios del comportamiento humano llevados a cabo en psicología. Uno de esos comportamientos analizados es el de la toma de decisiones. Parece ser que una decisión se toma primero a nivel inconsciente; luego se produce la orden (de movimiento, por ejemplo) y es ésta la que nos hace ser conscientes de la decisión tomada.
Una de las explicaciones dadas a este estudio es que la toma de decisiones se encuentra en el encéfalo primitivo, como contábamos antes, y que no llega hasta la corteza cerebral (la “capa” más evolucionada) hasta finalizado el proceso en la parte del cerebro que nos ha ayudado durante miles de años a tener una reacción inmediata ante el peligro y sobrevivir. Si hubiéramos necesitado esperar a la toma de una decisión consciente, la alimaña en cuestión ya nos hubiera merendado.
Las mismas técnicas que usó Casanova para mantener relaciones íntimas con más de 100 personalidades del siglo XVIII, se emplean ahora para generar el entorno de una marca:
Ya tenemos las claves del escenario, pero hay que transformar la marca o el producto en algo más:
Recuerda también que es el público quien decide si una idea es grande o no, no tú.
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