

A día de hoy contamos en el sector empresarial y laboral con multitud de formas de trabajar en los proyectos que tenemos asignados. Ninguno es mejor o peor que el anterior, simplemente unos proyectos requieren una forma de proceder y otros otra.
Esta metodología de trabajo tiene como premisa entregar un producto de calidad en cortos períodos de tiempo. Pero no todo es tan bonito, este estilo o modelo de trabajo no está hecho para todos.
Este concepto está pensado para proyectos que se intuyen o se saben que pueden ser propensos al cambio. Por ello al cliente se le va entregando pequeñas porciones del proyecto en productos para que este vaya compartiendo feedback sobre el mismo y así ir moldeándolo conforme se va creando.
Para entregar estos productos que mencionábamos antes, el equipo organiza una serie de sprints y una reunión diaria para comentar el estado del producto entre todos. Con esto último se logra que la comunicación sea plena y haya transparencia entre todos los miembros del equipo.
Como dato curioso, esta reunión diaria no puede durar más de 15 minutos pues se supone que debería de ser breve para ponerse un poco al día. Y en esta metodología el tiempo es más que oro 😄
Para entender mejor esta metodología vamos a definir una serie de conceptos que se usan y forman parte de la misma:
A la hora de empezar a trabajar siempre es fundamental dejar claro las posiciones de cada uno y las funciones que tiene el mismo, Scrum no es la excepción. Los roles que participan son los siguientes:
Por último, me gustaría mostrarte como sería el flujo de trabajo siguiendo esta metodología con los conceptos y contenido que hemos tratado anteriormente:
Espero que te haya parecido interesante esta forma de trabajar y que gracias a este post ya tengas nociones de como funciona. ¡Nos vemos en el siguiente post!