
Si estás aquí es porque ya te estás adentrando en el mundillo del eLearning, quizás porque ya tienes pensando crear tus cursos y comienzan a surgirte muchas dudas o quizás porque ya llevas cierto tiempo y quieres mejorar pero no sabes muy bien cómo.
También puede que formes parte de las miles de personas que suben cursos en vídeo a diario a Youtube o Vimeo. Personas de todas las nacionalidades que explican miles y miles de temas: cómo cambiar una bujía, cómo realizar una tabla dinámica en Excel o cómo sacar un anillo atascado de un dedo amoratado en tan sólo un par de minutos, de la forma más gráfica y sencilla posible.
Si es así, ¡te animo a que leas este post para aprender las claves que te harán mejorar en las estrategias de tus cursos eLearning!
Las primeras versiones de cursos eLearning surgieron como pdfs subidos a una plataforma. En aquel entonces, este tipo de archivos no contaban con la interactividad actual: No era posible añadir enlaces, embeber vídeos, incrustar animaciones o transformarlos en ebooks.
Se trataba de manuales de formación presencial disponibles online a través de un LMS que permitía o bien abrirlos para leerlos en pantalla, o bien descargárselos para imprimirlos y subrayarlos (es decir, como se había hecho siempre).
Desde estas primeras versiones, la formación online ha sufrido muchas transformaciones:
El uso y abuso de estas animaciones llevaron al agotamiento del alumno, que necesitaba un acceso rápido y sencillo al conocimiento, y una recuperación de la importancia del contenido. La llegada de los MOOCs, cursos gratuitos y el boom del formato de vídeo breve en las redes sociales hicieron el resto.
La esencia del eLearning: La formación online se simplifica para alcanzar al alumno en tiempo real, contarle en poco tiempo lo que necesita saber y explicárselo de la forma más visual e intuitiva posible.
Normalmente, la formación que preparas rara vez va dirigida al perfil del directivo que contacta contigo para solicitarla. Hay que negociar, pactar con el cliente un contenido que se acerque lo más posible al interés real del alumno.
A partir de aquí, el contenido debe ser organizado en píldoras fáciles de comprender, rápidas de asimilar y con un carácter eminentemente práctico y visual, para que a continuación el alumno sepa ponerlas en práctica.
Estas píldoras deben ser contenidos cerrados en sí mismos, que no hagan referencia a otras píldoras, para que puedan ser consultadas de forma independiente o en conjunto sin “perder el hilo”.
Atrás quedan los cursos de ofimática que te explican, botón a botón, para qué sirven todas y cada una de las opciones del menú de un programa, para ser sustituidos por píldoras con fuerte componente visual (vídeo o infografía) para explicar en cuatro pasos sencillos cómo conseguir un resultado concreto con el uso de esa herramienta.
Se trata de dar respuesta al empleado en tiempo real a una necesidad puntual que surge en el desarrollo de su trabajo sin robarle un minuto extra de su tiempo.
Como ves, no es imprescindible utilizar tecnologías de alto coste para dar calidad a tu formación, como son la realidad virtual o la aumentada. Normalmente, el principio de la parsimonia funciona: la solución más sencilla suele ser la verdadera.
Por otra parte, si ya cuentas con tus cursos eLearning, no puedes perderte estos ¡5 tips infalibles para motivar a tus alumnos online!
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